La vida nos golpea en ocasiones, o al menos eso es lo que siempre decimos cuando sentimos un dolor en el alma. Los días, últimamente, parecen un poco más largos; la música cada vez más vacía. Sexo, drogas y alcohol parecen tener más importancia en estos tiempos. Nos conformamos con migajas de felicidad, o al menos queremos creer que lo son. Los días parecen alargarse cada vez más últimamente.
Hace algún tiempo leí que «Somos lo que consumimos»; esto me preocupa. Los medios digitales y gran parte de lo que consumimos parecen ser basura, entonces, ¿qué somos?
¿Cuándo fue la última vez que escuchaste una canción con letras impactantes? ¿Cuándo fue la última vez que se te erizó la piel al escuchar un verso? Yo casi lo he olvidado por completo.
Salgo solo a caminar con mi perro, llevando un libro en la mano; algunos dicen que parezco un poco distraído, pero más bien estoy enfocado, concentrado en lo que quiero consumir: música que llene mi alma, que no deje espacio para la basura.
La vida nos golpea en ocasiones, y muchas veces no sabemos por qué… Quizás estamos atrayendo lo que consumimos.
Buenas noches.
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Historias, vida y café. 